viernes, 17 de abril de 2009

miércoles, 18 de febrero de 2009

La búsqueda

El nuevo nombre, es, obviamente, una meta, una declaración de intenciones: no se trata de poseer la verdad, sino buscarla, perseguirla, defenderla, vivir siempre con ella. La vida debería ser una constante búsqueda de la verdad, un viaje en el que a diario desvelamos pequeños fragmentos de esta múltiple, cambiante, brillante ἀλήθεια.

"Lo que su mente ha hecho al pensar no es pues sino algo así como un desnudar, descubrir, quitar un velo o cubridor, re-velar (= desvelar), descifrar un enigma o jeroglífico. Esto es lo que significaba en la lengua vulgar el vocablo a-létheia —descubrimiento, patentización, desnudamiento, revelación."

José Ortega y Gasset

"Rather than love, than money, than fame... give me truth."

Henry David Thoreau


sábado, 17 de enero de 2009

The lukerwarm

La sumersión en lo más profundo del hombre suele dar a las creaciones literarias y artísticas de nuestro tiempo esa atmósfera fantasmal y nocturna que sólo se conocía en los sueños. Tanto los escritores como Kafka, Julien Green, Faulkner o Dostoievsky, como en pintores como Chagall, Chirico y Rouault se siente esa nocturnidad. Es que se ha descendido por debajo de la razón y de la conciencia, hasta los oscuros territorios que antes sólo habían sido frecuentados en estado de sueño o de demencia. ¿Cómo ha de llamarnos la atención que estos artistas nos den a menudo un mundo de fantasmas en lugar de aquellas figuras "reales", bien delineadas, táctiles y diurnas del arte burgués?
Y a este descenso corresponde un nuevo tipo de universalidad, que es el del subsuelo, de esa especie de tierra de nadie en que casi no cuentan los rasgos diferenciales del mundo externo. Cuando bajamos a los problemas básicos del hombre, poco importa que estemos rodeados por las colinas de Florencia o en medio de las vastas llanuras de la pampa.
Pero no hay que confundir esta universalidad con aquella otra que había dado la ciencia: la de la razón y de los entes abstractos de la matemática. Esta otra universalidad es la que se obtiene, como quería Kierkegaard, mediante lo concreto e individual. No es la universalidad de la razón, sino la de la sinrazón.
El alzamiento del hombre contemporáneo contra la tiranía racionalista comienza en las Notas desde el subterráneo. Su héroe, detrás del cual se oculta muy visiblemente el autor, nos dice: "La razón, caballeros, es una buena cosa, eso es indiscutible; pero la razón no es más que la razón y sólo satisface a la capacidad humana de razonar, en tanto que el deseo es la manifestación de la vida entera, es decir, de toda la vida humana, incluyendo la razón y todas las comezones posibles... Que el hombre tiende a edificar y a trazar caminos, es indiscutible. Pero, ¿por qué se muere también hasta la locura por la destrucción y por el caos?... Reconozco que dos y dos son cuatro, es una buena cosa, pero de eso a ponerlo por las nubes... ¿Cuánto mejor no es esto de dos y dos son cinco?".

Ernesto Sábato en Hombres y engranajes (1951)

jueves, 20 de noviembre de 2008

I'll come back for you

Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte
que no salgo a buscarte porque sé
que corro el riesgo de encontrarte
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor
que te sigo debiendo todavía
una canción de amor.

Todavía una canción de amor - Los Rodríguez

viernes, 24 de octubre de 2008

I have never failed to fail

Lesson learned
Wish me luck
Soothe the burn
Wake me up

Dumb - Nirvana

viernes, 3 de octubre de 2008

De túneles y soledad

Y era como si los dos hubiéramos estado viviendo pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí como clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadizos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había llegado.

¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiese verla a María como una figura silenciosa e intocable... No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi quadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome muda y ansiosa (¿por qué esperándome? ¿y por qué muda y ansiosa?); pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo había imaginado.


Ernesto Sábato en El túnel, capítulo XXXVI. Ilustra también Sábato.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Reflexiones en la playa

Pasar de necesitar a alguien a necesitar a Alguien me voló la cabeza. Pasar de necesitar a Alguien a necesitar a alguien me está volando el corazón.